Si te preocupa la estética de tu cuerpo, entonces seguro ya sabes lo molesta que puede ser toda esa grasa que se va acumulando con el tiempo debajo de los brazos. Lo cierto es que no dedicamos suficiente tiempo a pensar en nuestra salud y en nuestro cuerpo, por lo que a veces éste empieza a tener peso de más en partes donde es difícil volver a perderlo.
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Aunque es más frecuente que sean mujeres quienes observan el problema de acumulación de grasa en sus brazos, también hay muchos hombres que por herencia genética o un estilo de vida sedentario experimentan este problema. Si estás decidida (o decidido) a adelgazar los brazos, debes saber que implica mucho trabajo y disciplina. Los consejos que encontrarás en este artículo funcionan, pero deberás ser muy constante antes de empezar a ver los resultados.
Pasos para adelgazar los brazos
- Haz un recuento de todo lo que comes. La mayoría de nosotros vivimos dedicados al trabajo, a atender a los hijos o a cualquier otra cosa que parece más importante que nuestra propia salud y comer en forma sana. ¿Cuántas veces te has atragantado a toda velocidad con comida rápida porque decides que no tienes tiempo para otra cosa? Pues todo eso tiene que cambiar si deseas tener un peso más saludable y un mejor tono muscular que favorezca tu figura.
- Olvídate de los refrescos, sodas, jugos de caja, zumos artificiales, botellas de té y cualquier otra bebida que salga de una fábrica con cantidades industriales de azúcar. No es normal que con tu dieta líquida estés consumiendo cientos de calorías extra al día. Empieza a tomar sólo agua natural, y verás que lo mismo te quita la sed, además de ser increíblemente más beneficiosa para tu cuerpo, aunque las primeras semanas te cueste acostumbrarte al cambio.
- Olvídate también de cualquier otro producto azucarado. Si está en una envoltura de fábrica, y en los ingredientes tiene azúcar, está prohibido. Si salió de un horno y tiene azúcar, está prohibido. Si es un postre, y tiene azúcar, está prohibido. Pero hay varias alternativas a los alimentos con azúcar añadida, así que no pienses que vas a renunciar por completo a todo lo dulce de la vida.
- Recupera el lado vegetal de la vida. Y aprende a amarlo. Verduras, legumbres, semillas, granos enteros y frutas son algunos de los alimentos que pueden cambiar tu calidad de vida. Sin embargo, hace falta que sepas cómo cocinarlos. Hay miles de platillos deliciosos que puedes preparar usando sólo productos vegetales, y necesitas aprender a preparar unos cuantos si quieres seguir disfrutando de tus comidas. Es muy importante que comas porque te gusta lo que está en tu plato, y que éste tenga variedad. Si comes siempre lechuga y espinaca a la fuerza te vas a hartar antes de que veas resultados.
Recupera el lado vegetal de la vida
- Come grasas y proteínas saludables. El pescado es siempre tu mejor opción para consumir proteína baja en grasas animales. Para lograr algo de variedad también puedes incluir aves en tu dieta. Y recuerda que igual que con los vegetales, hay cientos de pescados y aves distintas, y cientos de formas diferentes para prepararlos. Es importante que incorpores también grasas vegetales para ayudar a tu organismo a absorber mejor el resto de nutrientes que le das: nueces, almendras, cacahuates, aceite de oliva y aguacate son entre otras, buenas fuentes para obtener la grasa saludable que tu organismo necesita.
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- Idea un plan para tus carbohidratos. Dependiendo de qué tan estricta quieres que sea tu dieta, esto es, de qué tanto peso necesitas perder, puedes elegir entre varias opciones saludables de carbohidratos. Lo indispensable es renunciar al azúcar en la forma de sacarosa, que es la que se usa en mermeladas, panadería, yogurt, leche saborizada y la mayoría de los productos comerciales. Todos estos alimentos elevan rápidamente el nivel de glucosa en tu sangre, por lo que tu organismo juzga innecesario quemar otras reservas de energía en el cuerpo (la grasa de la que te quieres deshacer). Los mejores carbohidratos para estimular a tu cuerpo a usar los depósitos de grasa son los llamados hipoglucémicos, que puedes encontrar en legumbres, frijoles, lentejas, porotos, arvejas. Pero renunciar a todo otro tipo de carbohidratos es un poco extremo: si quieres incorporar a tu dieta fruta, avena, pan integral y diferentes productos con cereal de grano entero, con un poco de moderación puedes tener mucha más variedad sin matarte a diario por no disfrutar ni siquiera de un poco de pan.
- Muévete. Tu organismo necesita que le avises sobre tu deseo de quemar los depósitos de grasa. Para acelerar tu metabolismo y complementar los resultados de tu dieta, el ejercicio es indispensable. Hay diferentes tipos de rutinas que puedes seguir para trabajar distintos aspectos de tu físico.
Foto de Fort George G. Meade Public Affairs Office con licencia CC BY 4.0.
- Haz que tu corazón se acelere. Al menos 3 veces por semana necesitas hacer algún tipo de ejercicio cardiovascular. Vale desde andar en bicicleta hasta nadar, pasando por hacer jogging, saltar la cuerda o seguir rutinas intensas en la elíptica. Al hacer cualquiera de estos ejercicios no sólo involucras a tus brazos en distintos grados, sino que exiges a tu cuerpo que durante unos minutos funcione a un gran rendimiento y consuma muchas calorías. Este ritmo acelerado repercuta en la rutina que tu metabolismo sigue durante el resto del día. Para empezar, comienza por hacer ejercicios de cardio entre 18 y 20 minutos, 3 días a la semana. Conforme vayas acostumbrando a tu cuerpo al ejercicio, puedes ir aumentando minutos y días, hasta llegar a hacer 45 minutos de ejercicio 5 días a la semana. Es importante que dos días los dediques a descansar intercalados entre los días que destines a ejercitarte. Lo mismo vale para los ejercicios de fuerza: todos los músculos de tu cuerpo crecen experimentando pequeños desgarres, y necesitan tiempo de descanso para regenerarse.
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- Ejercita tus brazos haciendo bíceps y tríceps. Sin embargo, ten en cuenta que si vas a hacer ejercicios con mancuernillas, levantamiento de pesas ligeras, flexiones de pecho o cualquier clase de ejercicio de fuerza, no puedes fortalecer sólo tus brazos sin ejercitar todo tu tronco superior. Para lograr un cuerpo con un tono muscular adecuado, necesitarás fortalecer tu espalda baja, los músculos de tu espalda media, de tu pecho, de tus hombros, tus brazos y antebrazos. Recuerda que el nivel de esfuerzo y los pesos que levantes dependerán del tipo de complexión que esperas tener: si eres mujer y no te agradan los músculos demasiado marcados, entonces es preferible que hagas más repeticiones con menor peso.
Ejercita tus bíceps y tríceps