Entre todas las tareas que pueden dejarte en una clase de literatura, analizar un poema probablemente es la más difícil. El problema con la poesía es que su intención es no ser clara: no se trata de un ensayo, con el que podría buscarse dar explicaciones concretas sobre cierto tema, ni de un cuento o una novela, en los que hay una historia que se pretende contar al lector.
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El poema usa un orden en las palabras distinto al de la vida cotidiana, intenta describir imágenes que no existen pero que despierten en ti reacciones muy reales, o puede incluso en ocasiones no tener otro objetivo que el de experimentar con sus propios sonidos, sin que sus palabras tengan un sentido lógico.
Por eso es que no puedes hacer siempre un análisis estricto y lógico de un poema, pero sí fijarte en algunos de los muchos aspectos que pueden estar presentes en sus palabras.

Foto de The Joneses con licencia CC BY-SA 2.0.
Aquí te presentamos distintas formas de acercarte a un poema que pueden ayudarte a entregar un muy buen trabajo para tu escuela.
Pasos para analizar un poema
- Identifica si necesitas un tipo de análisis en específico. Aquí vamos a enumerar todos los aspectos literarios de un poema, pero si a ti te han pedido sólo analizar la métrica o el tema de la obra, puedes no prestar atención a cada una de las formas de análisis que aquí te presentamos.
- Comencemos por el análisis estructural. Es decir, la forma en que visual, gráfica y sonoramente está distribuido el texto. Lo más sencillo es decir si se trata de un poema en verso o en prosa poética. El verso lo reconocerás por el cambio de línea entre una frase y otra, a diferencia de la prosa que sigue la misma forma de un párrafo.
- Si se trata de prosa poética, te recomendamos saltar esta parte e ir directo al análisis de contenido. La prosa no te dará mucha información sobre la estructura externa del poema, porque el autor decidió que no era tan importante la forma como el contenido.
- Si se trata de un poema en verso, el siguiente aspecto es identificar el uso de rima. Si notas que la terminación de cada línea se repite de un verso a otro, al patrón creado se le conoce como rima, y puede tener muchas variaciones distintas.
- Podemos señalar si estamos ante una rima asonante o una rima consonante. Si las terminaciones que se repiten coinciden en las tres o cuatro últimas letras, es una rima consonante (por ejemplo, atino y camino, pechuga y lechuga). Si las terminaciones que se repiten sólo coinciden en el sonido de las vocales (por ejemplo, barullo y Arturo, estudio y espurio), es una rima asonante.
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- Después podemos clasificar a los versos según su métrica número de sílabas, tomando en cuenta la acentuación de su última palabra. Si es aguda, el verso es oxítono y se debe aumentar una sílaba al conteo; si es grave, el verso es paroxítono, el conteo no se altera; si es esdrújula, el verso es proparoxítono, y se resta una sílaba a su conteo métrico.
- Por la agrupación de los versos en bloques de cierto número de líneas, podemos denominar a cada conjunto de versos como una estrofa. El número total de estrofas es otro de los elementos a considerar en un poema. Hay algunos arreglos especiales para escribir poemas con un cierto número de estrofas, cada una con un cierto número de versos, y cada uno de éstos con un cierto número de sílabas. A estos arreglos se les conoce como formas tradicionales de la poesía lírica, y puedes encontrar información detallada sobre su métrica en esta sección de un artículo de Wikipedia.
- El ritmo es una parte importante de los versos. Cuando no hay rima, al poema se le denomina de verso libre, y su ritmo puede variar de un verso a otro. En los poemas con rima, en cambio, se espera que el autor logre imprimir un ritmo a sus versos colocando sílabas enfáticas en un patrón constante. Es decir, colocando palabras que lleven acento en la sílaba correcta para conservar esa misma posición de un verso a otro. Observa estos cuatro versos de Juana de Asbaje:
De/ten/te, /som/bra de mi bien es/qui/vo
Ima/gen/ del he/chi/zo que más /quie/ro
/be/lla ilu/sión/ por quien a/le/gre /mue/ro
/dul/ce fic/ción/ por quien pe/no/sa /vi/vo
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Observa las sílabas con acento, marcadas entre diagonales (imagen era una palabra aguda, de dos sílabas, en tiempos de Sor Juana). En los primeros dos, el ritmo se crea con acentos en la 2°, 4° y 10° sílabas. En los últimos dos versos, el ritmo pone los acentos en la 1°, 4°, 8° y 10° sílabas.
- Otra forma común de abordar al poema es mediante un análisis de contenido. Con él se pretenden hacer preguntas en torno a lo que el poema intenta decir. ¿Cuál es el tema? ¿De qué trata cada estrofa? ¿Se dirige a alguien en particular? ¿Tiene un tono triste, alegre, irónico, melancólico, humorístico? ¿Hay una idea principal? ¿Con qué ideas secundarias se apoya? ¿Qué sentimientos expresa el autor? ¿Qué provoca en ti al leerlo?
- Por lo general, este tipo de análisis está abierto a que tú des tu interpretación sobre el poema. Por lo tanto las conclusiones no serán definitivas, como en el caso de sólo contar versos, estrofas y sílabas. Pero aquí tienes oportunidad de reflexionar más sobre por qué es importante leer el poema, si realmente tiene algo importante que decir.
- Lo importante de un poema es que después de años de haber sido escrito todavía signifique algo en ti. No importa que no sea exactamente lo mismo que el autor quería decir, porque al buscar expresar su sentimiento en una forma armónica, esperaba que alguien más se sintiera emocionado por esa misma armonía, sin importar la diferencia de sentimientos que se puedan experimentar de una persona a otra.
- Si tu profesor insiste en que el análisis de la temática o el contenido del poema debe reflejar la intención original del autor, pues algo le tendrás que inventar. Es decir, que necesitas investigar un poco sobre la vida de quien escribió el poema, en qué momento lo escribió y qué cosas podía estar sintiendo para expresar la clase de ideas que están en su obra. Aunque no llegues a una respuesta definitiva, puedes justificar tu punto de vista mencionando elementos del poema y relacionándolos con tu investigación sobre las circunstancias personales del autor o las características de su poesía. A veces este tipo de investigación también te ayuda a resolver otro tipo de dudas, por ejemplo, saber que la separación silábica de una palabra era distinta en otra época, como en el ejemplo de Sor Juana que vimos más arriba.
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- Finalmente, puedes optar por hacer un análisis estilístico del poema. Esto significa analizar el tipo de lenguaje que usa el autor, su sencillez o complejidad, la repetición de ciertos sonidos, la insistencia en algunos símbolos, la descripción metafórica de imágenes. Entre las infinitas formas creativas para tratar el lenguaje en un poema, se ha identificado una serie de recursos literarios conocidas como figuras retóricas o figuras poéticas. Analizar a detalle tu poema para encontrar todas las diferentes figuras que el autor empleó en él puede ser un trabajo original y sobresaliente por el empeño que pongas en la investigación. También necesitarás creatividad para aplicar la definición de cada figura retórica a los ejemplos reales que encontrarás en tu poema. Puedes encontrar una lista muy completa de figuras poéticas en esta dirección: Haz clic aquí.
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