Cuando se trata de hablar de tequila, muchos estereotipos interfieren con tus probabilidades de disfrutar plenamente de esta bebida de origen mexicano. Lo cierto es que a pesar de las películas hollywoodenses, en las que una tropa de universitarios enardecidos desaparece un shot de tequila tras otro a una velocidad sorprendente, los expertos recomiendan tomarse tanto tiempo para disfrutar de un caballito de tequila como el que tomarías para apreciar una buena copa de vino tinto. Si no estás seguro de cómo empezar a conocer un poco más acerca de cómo beber tequila, este artículo es un buen punto de partida.
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Pasos para beber tequila
- El tequila se toma solo, la mayoría de las veces. A menos de que estés interesado en preparar un cóctel (de lo que hablaremos más adelante), el tequila se sirve tradicionalmente en un pequeñísimo vaso de cristal, que a pesar de su tamaño no debe beberse de un solo golpe.
- El tequila reposado es el más indicado para tomarse solo. Lo identificarás porque su color es diferente el amarillo claro o casi transparente de otros tequilas; algunos lo describen como dorado, otros como acaramelado, pero aun entre tequilas reposados puede haber variaciones de color: mientras más años de añejamiento tenga la cosecha, más oscuro será el tono que alcance. La botella puede indicarte con mayor precisión, por supuesto, cuántos años de añejamiento tiene el tequila que tienes enfrente de ti.
- Paladea la robustez del licor, identifica el aroma y los toques de la barrica en la que tu tequila ha sido añejado.
- Muchas personas acostumbran ponerse sal en la mano, lamerla, empinar el vaso a fondo y terminar mordiendo una lima para expulsar el jugo. Eso puedes hacerlo con una bebida barata, lo cual está muy bien para fiestas y reuniones entre amigos cuando eres joven, pero recuerda que todo licor barato te cobra sus intereses contra tu sistema digestivo, así que si ya pasaste los años universitarios, no te recomendamos arriesgarte a una resaca horrible al día siguiente sólo para sentir el encanto de echar un shot tras otro hasta el fondo.
- El buen tequila es para disfrutarse en pequeños sorbos. No se espera que te termines una botella más rápido de lo que terminarías una botella de whisky. Y si quieres un buen tequila, naturalmente no será barato, pero tiene sus ventajas: aunque tomes un poco más de la cuenta, no te irritará el estómago ni te hará despertarte con náuseas a la mañana siguiente.
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- Para identificar un tequila de calidad, fíjate en dos aspectos principales antes de comprar una botella. Primero, debe decir en letras bien claras 100% agave, no sólo en la etiqueta publicitaria sino también en la información nutrimental y de contenido. Segundo, para comprobar la calidad con la que se ha destilado el licor a partir del agave, observa como se desliza el líquido después de haberse agitado contra el interior de la botella o de un vaso de cristal: si quedan pequeñas gotas suspendidas un momento contra el vidrio, y se deslizan lentamente hacia abajo, el tequila es bueno. Mientras más lenta sea esta caída más calidad podrás asegurar que tiene el tequila.
- Nunca refrigeres el tequila. Y menos aún lo sirvas con hielo, si es que lo vas a tomar solo. El sabor del tequila se aprecia mucho mejor a temperatura ambiente, y sin haberse mezclado con agua ni ningún otro líquido.
Foto de Celso FLORES con licencia CC BY 2.0.
- Prueba el tequila tradicional con sangrita. La sangrita es un cóctel que se sirve en un vaso adicional, del mismo tamaño que el del tequila. Por lo general se intercalan los sorbos de sangrita con los sorbos de tequila, y es una de las maneras de hacer durar más tu bebida. Sin embargo, como ya te imaginarás, el sabor del tequila no se aprecia en toda su pureza, por lo que este acompañamiento no se recomienda para tequila reposado, sino para tequila tradicional, con sólo 1 o 2 años de añejamiento.
Foto de Javier Lastras con licencia CC BY 2.0.
- En algunas tiendas de productos mexicanos (o cualquier licorería, si vives en México) puedes encontrar botellas de sangrita ya preparada. Si no es así, puedes preparar una receta casera de sangrita fresca, que francamente sabe mucho mejor. Mezcla una taza de jugo naranja, dos cucharadas de jugo de lima, una cucharada de granadina, una pizca de sal, una pizca de cebolla en polvo y una pizca de chile piquín. La sangrita, a diferencia del tequila, sabe mejor fría.
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- Y llegamos a los cocteles. Aquí se rompen todas las reglas, porque en mezclas no hay nada escrito. Sólo recuerda preparar tu coctel con tequila blanco o no añejado, porque el sabor es el menos diferenciado y por tanto útil para hacer experimentos. El más fácil de servir es la margarita, porque puedes encontrar en tiendas la base ya preparada sólo para agregar el tequila y licuar con hielos. Pero también está la paloma, el tequila sunrise, y muchas otras recetas que puedes buscar en internet o crear experimentando.
Foto de Fabricio Zuardi con licencia CC BY 2.0.
- Aunque compres tequila no añejado, asegúrate de que siga siendo 100% de agave. El hecho de que lo vayas a mezclar no implica que no deba ser de calidad, y así te evitarás además irritaciones gástricas y resacas tormentosas.
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- Si ya encontraste tu coctel favorito, quizá puedas probarlo con un tequila más caro. Hay quien asegura que la margarita puede ser una exquisitez con tequila reposado para el que sabe apreciarla, pero es cuestión de gustos: otros más asegurarán que es un desperdicio tomar un buen tequila si no lo bebes solo.