¿Quieres escribir un cómic? Pues es muy bueno que estés buscando ideas sobre cómo hacerlo, antes de empezar y sentirte frustrado porque no logras avanzar. Hay muchos factores que necesitas tomar en cuenta para que tanto la historia como los dibujos y los diálogos de tu cómic funcionen, y así puedas despertar un verdadero interés en los lectores.
[the_ad id=”9851″]
Esperamos que estas ideas te ayuden a llevar fácilmente al papel (o la computadora) esa visión del cómic que tienes en mente.

Foto de Chico Iwana con licencia CC BY 2.0.
Pasos
- El primer paso es sin duda tomarte el tiempo de encontrar el dibujo perfecto de tu protagonista. Si los lectores no se identifican con el personaje principal de tu cómic, no habrá manera de que les interese saber qué va a pasar en los cómics en los que aparezca. Te recomiendo que leas el artículo Cómo crear un personaje, el cual se especializa en eso.
Foto de Edward James K con licencia CC BY-SA 2.0 .
- Haz una lista de todas las cosas que has pensado sobre él. Por qué su historia vale la pena contarse, qué te hace sentir simpatía por él, cómo fue su infancia, cuáles han sido los obstáculos que ha tenido que superar en su vida, qué representa la aventura que vas a contar para él (es algo que le sucede a menudo, o es un evento único). Piensa en si tiene mascotas, en qué tanto tiempo pasa con sus amigos, en si es una persona solitaria, en lo que opina de su trabajo, en sus relaciones familiares en el pasado y en el presente, en si está enamorado.
- Ahora echa un vistazo a toda la lista de características que escribiste y piensa que tu lector nunca las conocerá directamente. Es imposible incluir tanta información en un cómic, que suele tener una extensión de entre 20 y 30 páginas. Por eso tu misión es crear decenas y decenas de bocetos del dibujo de tu protagonista, porque toda la serie de emociones y sensaciones que has asociado a su historia personal (que sólo tú conoces), debe transmitirse en parte a través de su imagen. Si es, por ejemplo, un padre de familia bonachón, lleno de humor, pero con una sed profunda de justicia, el dibujo que crees para representarlo deberá decir esas cosas sin palabras.
Foto de The Conmunity – Pop con licencia CC BY 2.0.
- Por supuesto, un solo vistazos de ese personaje no bastará para imaginar todos sus rasgos de personalidad. Por eso debes practicar dibujarlo de muchos ángulos distintos, con muchas expresiones faciales y posturas corporales diferentes. Recuerda que la misma persona en diferentes situaciones puede comunicar muchos mensajes no verbales a través de lo que dice con su cuerpo. Es todo un arte lograr eso mismo en el dibujo de cómics, pero con suficiente práctica puedes hacerlo.
- Después necesitarás pensar en uno o dos personajes que también participen en la historia. Recuerda que puedes usar muchas personas dibujadas “de fondo” en distintas partes del cómic, que serán los equivalentes a los extras en una película, pero al dibujar personajes importantes, que presentes ante el lector, y sean vitales para entender la trama, debes limitarte a unos tres, máximo cuatro incluyendo al protagonista. En un cómic tienes muy poco espacio, así que no es buena idea saturar a los lectores con personajes que salen de la nada y desfilan por unas páginas del cómic sin que su personalidad quede explicada.
- Para dibujar a cada uno de los personajes secundarios, deberás seguir los mismos pasos que para el protagonista. Explora todas las posibles emociones y sensaciones que pueden transmitir tus dibujos modificando un poco la expresión de los rostros y de los cuerpos. Incluso si un personaje nunca va a enfadarse en la historia que tienes planeada, deberías practicar dibujándolo con enojo para conocer todas sus posibles apariencias sobre el papel.
- Si hay un antagonista al que tu protagonista quiera detener en alguna maquinación malvada, que se dedique a poner distintos obstáculos para el objetivo del personaje principal, debes dedicar más tiempo a planear su historia personal. El antagonista debe poder despertar en el lector la misma intensidad de sentimientos que el personaje central, ya que de lo contrario no se decidirán por apoyar o simpatizar con alguno de los dos, y no se creará la tensión para preocuparse por el resultado final de la historia.
- Otra parte clave de tus bocetos de personajes es familiarizarte con tus dibujos en cada posición y lograr cierta uniformidad. Si dibujas un rostro 20 veces a lo largo del cómic, y esas versiones del mismo rostro no se parecen lo suficiente entre sí, tu lector se confundirá. Debes practicar hasta el cansancio los rostros de cada personaje antes de empezar a diseñar la historieta (ésta es otra razón para no usar demasiados personajes, por la que algunos deciden usar solamente a dos en su primer cómic: es demasiado trabajo diseñar a un personaje nuevo y aprender a dibujarlo bien).
Foto de Olga Berrios con licencia CC BY 2.0.
- También es importante que practiques a dibujar de manera similar sus perfiles y ángulos posteriores. Muchas veces tu lector puede ver al protagonista de espaldas en ciertos cuadros, y si no lo reconoce por su nuca y el aspecto de su peinado desde atrás, entonces tendrá problemas para seguir el hilo de la historia.
- Un consejo muy útil es que en tu primer cómic elijas rasgos físicos opuestos entre tus personajes. Si el protagonista, por ejemplo, tiene el cabello larguísimo, será fácil distinguirlo de espaldas. Y entonces el antagonista puede tener el cabello corto, o de un color muy reconocible, o incluso ser calvo.
- Si en medio de tu proceso creativo haces un boceto de un personaje en el que su rostro se ve diferente, pero te agrada más en esa apariencia alternativa, no tengas miedo de cambiar el resto de los bocetos: piensa que muchos cómics después de sus primeras publicaciones han tenido cambios en la apariencia de sus protagonistas, como Mafalda en las tiras cómicas de Quino, o Charlie Brown en la famosa Peanuts.
[the_ad id=”9854″]
- Una vez que tienes los personajes, piensa en la trama de tu historia. A qué lugares deben ir, qué sucesos encontrarán, y cuántas páginas necesitarás para describir cada situación.
- Piensa en que tu historia debe poder comunicarse en forma sencilla a través de imágenes. Si hay demasiados detalles que el lector no puede imaginar a través del escenario de fondo y los gestos de los personajes, entonces tu historia se está desviando hacia una novela. Recuerda que no puedes depender del texto para explicar un gran número de cosas, ya que el espacio es muy reducido.
- Planea cada página de tu cómic, y divídela en viñetas de diferente tamaño conforme a la importancia de los eventos que narran. Las acciones más impactantes deben tener una viñeta grande para poder incorporar detalles en el dibujo y que el lector se detenga a observarlos.
- Es buena idea hacer una página de guión por cada página que creas necesitar para tu cómic final. Al describir en el guión lo que quieres dibujar, puedes darte cuenta de si es realmente vital para entender la historia (recuerda de nuevo: el espacio es limitado) o si es demasiado complicado para entenderse en un par de dibujos.
- Evita las tramas secundarias, y los cambios de vista de un personaje a otro, ya que si haces más de uno el lector puede sentirse confundido. Recuerda que espera la continuidad entre imágenes, porque no hay suficiente texto en un cómic como para que éste explique las partes poco claras.
- Cuando lleves tu guión al dibujo de las viñetas, no te desesperes si es necesario hacer muchos bocetos de cada página antes de comunicar exactamente la acción que deseas en cada cuadro. Puedes usar sólo lápiz para que en un solo borrador puedas hacer varios cambios, y reduzcas el número de hojas gastadas antes de llegar a la versión final, pero tampoco te sientas mal si es necesario arrugar varias hojas de papel y tirarlas a la basura porque sientes que ya están demasiado sucias. Eso sí: los bocetos que te parezcan aceptables pero todavía no estén listos, debes guardarlos, para poder comparar varias versiones más tarde.
- Es muy importante que incluyas los globos de diálogo al inicio de cada boceto. Si ocupas demasiado espacio de una viñeta sin dejar espacio para el texto, quizá debas borrar después una parte del dibujo que te parecía excelente pero no deja espacio para el diálogo del personaje.
- Recuerda que lo más recomendable es escribir en mayúscula todos los globos de diálogo, las nubes de pensamiento y las acotaciones en recuadro. Esto ayuda al lector a identificar cada palabra más fácilmente en medio de todos los estímulos visuales del cómic.
Utiliza mayúsculas en los textos en los globos de diálogo
- Si eres bueno escribiendo a mano, puedes crear tu propia caligrafía para el cómic. Pero si no es así, hoy los procesadores de texto te permiten imprimir en cualquier fuente que te parezca adecuada para la historia.
- Un consejo si usas letra de computadora: imprime dentro de globos o recuadros que te sirvan como guía para respetar el tamaño que ocupará el texto en la viñeta, pero nunca pegues los diálogos en tu cómic con el marco hecho a computadora. Se ve demasiado mecánico. Es preferible que te tomes el tiempo de dibujar a mano cada globo, nube y recuadro de texto que necesites, y que tengas la paciencia de pegar dentro de ellos las palabras impresas.
[the_ad id=”9857″]
- Arma un borrador final y dáselo a leer a un amigo. Si le gusta la historia, y entendió todas sus partes, sabes que has terminado. Si tiene muchas dudas, o te da sugerencias, escúchalas. Recuerda que tú tienes todo el concepto del cómic en tu cómic, pero su futuro lector no sabe toda esa información, así que necesitas hacer los cambios necesarios hasta asegurarte de que tu cómic resulte sencillo de leer, manteniendo suficiente misterio para que resulte atractivo a muchas personas.