Los pollos recién nacidos son criaturas frágiles, pero con los cuidados suficientes, puedes ayudarlos a llegar a la madurez, ya sea que te interese tener unos cuantos como mascotas, usar su carne para consumo o conservar a las gallinas para aprovechar sus huevos. En realidad, sólo la primera es de alto riesgo para la supervivencia de los pollitos.
[the_ad id=”9851″]
Una vez que aprenden a comer por su cuenta, ya no necesitarán de vigilancia constante y mientras mantengas en óptimas condiciones el lugar en el que viven seguramente tendrán buena salud.
Pasos
- Comienza por preparar el lugar en el que vivirán, antes de comprarlos (o si tienes una gallina que está empollando por primera vez, antes de que salgan del cascarón).
- Como es tu primera vez criando pollos, te recomendamos que no intentes improvisar un lugar al aire libre, sino que uses un cobertizo o tu cochera. La razón es que los pollitos necesitarán una temperatura constante desde el momento en el que lleguen, lo más cercana posible a los 30 °C.
- Deberás sellar las puertas y las ventanas del espacio que prepares como habitación de los polluelos. Así evitarás que entren corrientes de aire que alteren la temperatura que es tan crucial para ellos.
- Como no habrá muchas oportunidades de ventilación durante la primera semana, es importante que desinfectes a profundidad el suelo y las paredes. La presencia de hongos y bacterias podría terminar con la vida de tus pollos en esta etapa de extrema fragilidad.
- Una vez que esté desinfectado el lugar, cubre el suelo con una capa de virutas de madera, aserrín o cáscara de arroz. Debe tener entre 8 y 12 cm de altura para ayudar a que conserve el calor natural de los pollitos.
- En cuanto a la extensión del lugar, si quieres mantener las mejores condiciones de vida para tus pollos, intenta tener un metro cuadrado reservado por cada cinco polluelos. Los criadores profesionales pueden llegar a mantener en buen estado hasta 12 pollos por metro cuadrado, pero en tu caso, para evitar infecciones y perder el control en la higiene del lugar, cinco es la cifra recomendada en un inicio.
[the_ad id=”9854″]
- Si el lugar en el que vives es frío, una lámpara de 60 a 120 watts puede ser necesaria para elevar la temperatura hasta los 30 °C requeridos. Recuerda colocarla en un lugar fuera del alcance de los pollos para que no pasen demasiado tiempo en un lugar muy caliente.
- Prepara bebederos de poca altura para que los pollos no corran el riesgo de ahogarse. Una forma ancha, casi siempre circular, es la mejor para animarlos a acercarse al agua.
- En cambio su comedero debe ser un poco más alargado para que la comida esté distribuida en toda una hilera en la que quepan muchos pollitos sin amontonarse para conseguir su alimento. Los primeros días, una mezcla de alimento comercial para pollos bebés puede ser la mejor solución (las fórmulas tienen incluidas vitaminas y agentes probióticos para fortalecer su sistema inmunológico).
- A partir de la segunda semana puedes alternar el alimento con grano de maíz molido (poco después de avena, y finalmente de trigo). Una dieta variada ayuda a su nutrición.
- A partir de la quinta semana, un poco de verdura picada, migajas de panqué e insectos pequeños irán complementando su dieta para que tengan más proteínas y grasas junto a los carbohidratos.
- Después de la primera semana puedes quitar los trapos y papeles con los que hayas sellado las puertas y ventanas. Un poco de aire fresco ayudará a los pollos a hacer su transición hacia el mundo exterior.
- Recuerda cambiar el aserrín cada semana, y aprovecha para limpiar su espacio. Los bebederos y comederos deben limpiarse diariamente.
- Los primeros 15 días también debes fijarte que los pollos no tengan excremento atorado en su cola. Esto les impedirá defecar y pueden morir por un colapso de su tracto digestivo.
- Para la segunda semana debes haber construido un pequeño redil o corral transportable: una caja de malla sin fondo y una pequeña puerta de acceso es ideal. Coloca sobre una parte de la malla un pedazo de tela para generar sombra.
- Abre durante una hora del día la puerta de la cochera o el cobertizo donde tienes a los pollos para que puedan pasar directamente a su gallinero, y empiecen a explorar la vida bajo el sol. Conforme pasen los días puedes permitirles salir durante más tiempo.
[the_ad id=”9857″]
- Si la habitación donde viven no comunica directamente a un patio o jardín, puedes transportarlos con cuidado al gallinero dejándolos subir a una caja forrada con aserrín (en varios viajes, si es necesario).
- La parte cubierta con una tela es para que elijan entre sol y sombra según lo necesiten sus cuerpos en ese momento.
- Conforme el tiempo transcurra los pollos irán necesitando más alimento. Déjalos comer porque para entonces ya sabrán interpretar la señal de su sistema digestivo.
- Si tienen más de 6 semanas has hecho un buen trabajo, ya están encaminados a vivir su esperanza de vida usual, que promedia de 5 a 7 años.
- Los vendedores de carne de pollo, sin embargo, te pedirán tus crías a una edad que parece un poco cruel, variando de las 7 a las 14 semanas. Bueno, es triste, pero si los criaste para venderlos tienes que hacerlo cuando llegue el momento.
- Si te interesa conservar a las hembras, partir de los 5 meses tus gallinas pueden empezar a comer cáscara de huevo molida junto con otros alimentos para favorecer la firmeza de sus huevos (algunas empiezan a dar huevos desde esa edad, otras tardarán unos meses más, quizá hasta la siguiente primavera).