Enseñar a un gato a caminar con correa es una excelente oportunidad para convivir con una mascota que normalmente pasa todo el tiempo en el interior de la casa. Esto le permite salir del medio ambiente en el que está y a ti te permite convivir con él en algún lugar al aire libre, como un parque. No es lo mismo pasear a un perro con correa que a un gato, pero si sigues estos consejos, lo lograrás.

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Pasos

  1. Consigue los suministros que necesitarás. Necesitarás un arnés y una correa. Mide el pecho de tu gato y lleva las medidas a tu tienda local de mascotas. Asegúrate de que a tu gato le ajuste correctamente el arnés.
Cómo enseñar a un gato a caminar con correa

Foto de Juhan Sonin con licencia CC BY 2.0.

  1. No presiones tanto a tu gato en el primer día. Empieza por sólo acostumbrarlo al arnés. Dale mucha atención, dale premios alimenticios (pero no muchos) y elógialo. Si tu gato no te permite ponerle el arnés, deja que lo olfatee para que se sienta más seguro.
  2. El primer día ha terminado y ahora es momento de un entrenamiento de verdad. Si tu gato sigue incómodo con el arnés, no prosigas a este paso todavía. Coloca la correa y deja a tu gato vagar dentro de la casa. No trates de dirigirlo todavía porque el gato podría arrepentirse. Recuerda: Tú debes sostener la correa y prestar mucha atención a tu gato. Tu gato podría saltar, atascarse en algo y salir lastimado si se aleja mucho de ti.
Es momento de un entrenamiento de verdad

Foto de ECP con licencia CC BY 2.0.

  1. Ahora es cuando empiezas a controlar a tu gato. Coloca la correa y empieza a caminar sin tironear. Esto requerirá de paciencia. Si tu gato no viene, dale un premio. Si eso no funciona entonces recógelo, muévelo un pie hacia delante, y párate en la dirección a la que te gustaría ir, después dale un premio muy pequeño. Repite el proceso por 8-10 minutos y después espera una hora.

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  1. Motívalo. Haz que tu gato piense que él es lo mejor en el mundo cuando tiene su arnés puesto. De vez en cuando quítale el arnés y no le prestes atención por un par de horas. Después, colócaselo de vuelta y préstale mucha atención. De esta manera condicionarás su mente a querer tener puesto el arnés.
  2. Continúa entrenando hasta que tu gato sea un experto, entonces sácalo a la calle. Ten en mente que tu gato se puede asustar con ruidos o perros. Lo que debes hacer es acostumbrarlo a todos esos factores del mundo exterior.
Continúa entrenando hasta que tu gato sea un experto

Foto de ECP con licencia CC BY 2.0.

  1. Cuando tu gato se haya acostumbrado al arnés, no lo sustituyas por un collar. El arnés provee protección contra lesiones delicadas del cuello y podría prevenir una estrangulación en caso que se eche a correr o trepe sobre algo.

Consejos

  • Lee el artículo Cómo ponerle un arnés a tu gato.
  • Ten paciencia. No presiones mucho a tu gato.
  • Procura darle a tu gato la clase de interacción que más disfrute mientras lo entrenas. No maltrates a tu gato
  • Si tu gato “gatea” cuando le pones la correa y el arnés dale una hora sin la correa, y colócala después.

Advertencias

  • Evita dejar a tu gato sin supervisión con la correa. Tu gato es muy vulnerable asfixiarse si se siente amenazado y trata de huir con la correa puesta.
  • Lleva contigo una funda de almohada para que la uses para esconder y proteger a tu gato en caso de que lo ataque un perro.
  • Algunos gatos jamás caminarán con un arnés, algunos simplemente se dejan caer en sus costados y se echan como si estuvieran muertos. Si tu gato hace eso, sólo déjalo en paz un rato y se levantará con normalidad. Este tipo de gatos, al sentir una presión en el lomo con el arnés, se echan y se paralizan, y la “caminata” rápidamente se convierte en una “arrastrada”. Lamento informarte que estos gatos no se pueden pasear con correa.
  • Si el gato corre y trepa a un árbol, inmediatamente trata de bajarlo o llama al 911 para buscar ayuda rápidamente. El arnés es un peligro para un gato que trepa desesperadamente intentando encontrar un refugio seguro.
  • No tires de la correa; esto puede lastimar al gato o hacerlo enojar y se puede retorcer para tratar de liberarse del arnés.
  • Mantente alerta de los perros. Los perros grandes y que no están bajo el control de su dueño se pueden abalanzar contra tu gatito. Cuando un perro trate de atacar a tu gato, tómalo con tus manos y voltea tu cuerpo ligeramente, escondiendo al gato de la vista del perro. Esto disminuye las posibilidades de que el perro ataque y que tu gato corra. Pero también cuídate a ti mismo del ataque de un perro.
  • Pasear un gato que siempre está en el interior de la casa con una correa al aire libre puede hacerlo menos temeroso de la naturaleza y más propenso a escaparse a través de una puerta abierta para después perderse, ser atropellado por un auto o atacado por un gato salvaje o un perro.
  • Si le colocas el arnés y tu gato se rehúsa a pararse pero gatea alrededor del piso sin extender sus patas, el arnés no le ajusta bien y puede estar limitando sus movimientos. Un arnés que le ajuste bien resolverá el problema. Esto no es resistencia al uso del arnés, simplemente es un problema mecánico con un arnés que es muy pequeño.

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  • Jamás aflojes el agarre de la correa. El gato podría asustarse con algo y de repente correrá, llevándose consigo la correa. Mantén tu muñeca en el bucle de la correa.
  • Nunca dejes al gato solo con la correa en el patio trasero. El gato puede intentar saltar la cerca y atascarse, dando como resultado un inminente funeral de gato.