¿Tu gato tiene malos hábitos y te está volviendo loco? Entrena a tu gato para que no salte en la cocina, no se suba al sofá, para que no arañe los muebles o para que deje de llevar a cabo cualquier otro mal comportamiento. ¡Aquí te decimos cómo entrenar a tu gato para que deje de hacer cualquier cosa!

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Pasos

  1. Encuentra la raíz del problema.Trata de pensar en la lógica de tu gato. Por ejemplo, si orina fuera de la caja de arena, es posible que tenga problemas de salud que le causan dolor al orinar. Está asociando el dolor con la caja de arena y no querrá orinar ahí. Si el gato suele hacer sus necesidades en la caja de arena pero de repente te encuentras con “sorpresas” fuera de ella, puede ser debido a que hayas cambiado de marca de la arena recientemente. Dale a tu gato el beneficio de la duda antes de asumir que es un problema de comportamiento. Si estás seguro de que se trata de un mal comportamiento, entonces sigue leyendo.

    Encuentra la raíz del problema

    Foto de beau-foto con licencia CC BY 2.0.

  2. Conoce la diferencia entre un reflejo nato y un problema de comportamiento. Por ejemplo, casi todos los gatos sienten el impulso de arañar objetos. En lugar de intentar frenar esos impulsos, busca una solución más adecuada, como ponerle un poste de rascado para gatos como el de la foto de abajo.
  1. Cambia su entorno.Puede que tu gato esté mostrando un comportamiento de enojo por una mala experiencia pasada. Por ejemplo, si se llevó un susto en el lugar donde hace sus necesidades, puede que ya no quiera volver a hacerlas en el mismo sitio. En ese caso, puedes mover la caja de arena a un lugar más tranquilo. Si ves que el gato sigue haciendo sus necesidades en el mismo sitio una y otra vez, pon su comida ahí. Evitará ensuciar el lugar donde tiene su comida.

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  1. Detén el comportamiento.A los gatos no les gusta el agua ni los sonidos fuertes, así que la próxima vez que descubras a tu gato haciendo algo que no debe hacer, salpícalo con agua y hazle un sonido fuerte y agudo como “pssst” o agita una lata llena de monedas. Trata de ponerte en un lugar en el que el gato no vea que tú lo salpicas. No te conviene que asocie el agua con tu presencia, sino con el mal comportamiento.
Detén el comportamiento

Foto de Arria Belli con licencia CC BY-SA 2.0.

  • Puede que los salpicones no funcionen en todos los tipos de gato. Los de pelo largo es posible que no lo noten tanto. Sin embargo, en esos casos puedes usar una pistola de agua o una botella pulverizadora con más potencia.
  • Para alejarlo de ciertas zonas, esparce ralladura de cáscara de cítricos en la zona. A los gatos les repele la naranja y el limón por el olor ácido; además, el cítrico es tóxico para los gatos, así que suelen evitarlo. Puedes poner espinas de goma flexibles para que esté incómodo (están creadas con este propósito).
  1. Ofrécele recompensas.Si quieres que vuelva a usar el cajón de arena, dale una recompensa cuando veas que lo hace. Ofrécele una recompensa cada vez que lo veas haciendo algo bueno; pero después haz que las recompensas sean de vez en cuando para que no se acostumbre demasiado a ellas. Seguramente seguirá haciendo lo que debe hacer aunque no sea recompensado todo el tiempo.
  2. Consigue ayuda.Si aún tienes problemas con el gato, lee libros sobre cómo corregir su comportamiento o busca más consejos. Como último recurso, contacta con un profesional.

Consejos

  • Si tienes un gatito nuevo, enséñale a comportarse bien desde el primer día. Por ejemplo, no lo alimentes cerca de la mesa, así no buscará comida allí.
  • Si le pones un poste de rascado y lo premias cada vez que lo use, reducirás las probabilidades de que arañe tus muebles. Es importante que tu gato pueda arañar algo, y si no tiene nada para hacerlo, lo hará en tus muebles. Si el poste no llama su atención, rocíalo con hierba gatera. Si no puedes comprar un poste de rascado, consigue un gran trozo de madera y pégale una trozo de alfombra vieja encima. Funcionará con gatos de todas las edades.

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Advertencias

  • Nunca ataques a un gato. No funciona y puede traumatizarle. Si tienes que reforzar el “no”, hazlo aplaudiendo fuerte una vez.