¿Quieres fumar tu primer cigarrillo? ¿Intentaste fumar uno y las cosas no salieron tan bien como esperabas? No te preocupes, aprender a fumar es fácil, si lo haces de la manera correcta y tomas las cosas con calma. El humo puede resultar muy irritante en un principio, pero después de unos cuantos cigarrillos, apreciarás más el sabor y menos la sensación de ardor.

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Antes de empezar a fumar, es muy importante que estés consciente de la facilidad con la que la nicotina te genera adicción, así como de los problemas de salud, no sólo respiratorios sino de distintas partes de tu organismo, que se derivan de consumir continuamente todos los químicos que junto al tabaco componen a un cigarrillo comercial. Por otro lado, ten en cuenta que debes ser mayor de edad (según la mayoría de edad de tu país) para poder comprar cigarros y fumar.

Elimina el cigarro antes de llegar al filtro
Si entiendes los riesgos, y aún así tienes razones para aprender a fumar, entonces este artículo es para ti.
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  1. Comienza por comprar tu paquete de cigarrillos. Tendrás mucho tiempo para probar distintas marcas y variedades hasta encontrar el sabor que más te guste. Como un inicio, los Marlboro rojos son bastante universales en cuanto a su sabor y muy fáciles de conseguir. Además son de los más vendidos en todas las tiendas, así que puedes estar seguro de que el paquete que compras está fresco. No es buena idea empezar a fumar con un paquete de cigarrillos viejos.

Compra un paquete de cigarros

  • Antes de abrir el paquete, como algo enteramente opcional, puedes ponerlo de cabeza y darle unos golpecitos contra la palma de tu mano o contra una mesa. Algunos fumadores afirman que esto concentra el tabaco y ayuda a que los cigarrillos se consuman de manera más uniforme. Si te interesa fumar en público y dar la impresión de hacerlo en forma sofisticada, éste es uno de los pequeños detalles que pueden ayudarte. Recuerda, sin embargo, que antes de sentirte cómodo fumando frente a otras personas necesitarás practicar muchas veces en privado.

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  1. Saca un cigarrillo del paquete y sostenlo entre dos dedos. Aunque hay muchos estilos diferentes para hacerlo, lo más es sostenerlo entre tu índice y tu dedo medio, colocándolo a media altura entre los dos nudillos. La palma de tu mano debe ir hacia ti para encenderlo y darle la primera chupada, pero después de eso, cuando tu mano baje para descansar, puedes elegir entre que la palma mire de perfil hacia adelante o bien mire de perfil hacia ti. Lo importante es que en la posición que elijas tu mano no se canse: si se siente cómoda se verá natural.

Sostén el cigarro entre tus dedos

  • Otra posición usual es mantener sujeto el cigarrillo entre tu índice y tu pulgar. Algunas personas encuentre que esta posición les permite acercar el cigarrillo a la boca con más facilidad.
  • Cuando recién abres un paquete de cigarrillos, éstos pueden venir tan apretados ahí adentro que te cuesta trabajo levantar uno y sacarlo con elegancia de la caja. Para evitar eso, puedes poner el paquete hacia abajo y dar unos golpecitos con el índice en la base de la caja. Así algunos cigarrillos se deslizarán hacia abajo, y puedes sacar con tus dedos ya muy fácilmente algunos de los que sobresalgan.

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  1. Coloca el cigarro entre tus labios, sin soltarlo ni cambiar la posición con la que tus dedos lo están sujetando. La mayoría de los cigarros tiene filtro, que se marca con papel de un amarillo oscuro o cualquier otro color distinto al resto del cuerpo, así que no hay duda sobre qué lado del cigarrillo debe entrar a tu boca. No hace falta que introduzcas más que la punta; idealmente, debe haber suficiente espacio en el filtro para tanto tus dedos como tus labios sólo toquen esa parte del papel. Algunas personas fuman con el cigarro a un lado o a otro de la boca, mientras otras prefieren que el cigarrillo toque justo el centro de sus labios. Antes de encenderlo, prueba con diferentes posiciones para llevarlo a tu boca y elige la que mejor se sienta.
  1. Toma el encendedor con la mano en la que no estés sosteniendo el cigarro. Enciende la flama y acércala a la punta de tu cigarrillo. Para ayudar a que encienda correctamente, necesitas darle dos o tres chupadas breves al cigarro justo después de que la flama se acerca al papel. Imagina estás sorbiendo de un vaso que ya no tiene más que unas gotas de líquido y por tanto prácticamente sólo llevas aire a tu boca. Estas primeras chupadas introducirán algo de humo a tu boca, pero no lo inhales todavía; expulsa el aire discretamente por tu boca y prepárate a dar tu primera fumada real a continuación.

Enciende el cigarro

  1. Recuerda alejar el cigarrillo de tu boca mientras guardas el encendedor. Vuelve a acercarlo para darle la primera chupada de la que vas a inhalar el humo. Ten cuidado de no sorber demasiado aire en un inicio porque no vas a tolerarlo muy bien al principio. Cuando el humo entre a tu boca, mantenlo ahí durante un par de segundos para permitir que se enfríe. Después inhala profundamente, y exhala con naturalidad para expulsar el humo. Sentirás cómo el humo pasa por tu garganta y llega profundamente a tus pulmones, para volver a salir después.

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  • Diferentes personas tienen diferentes reacciones. Algunos sienten que el aire es demasiado caliente e irritante aunque lo dejan enfriar en su boca antes de inhalarlo. Para otros esta primera chupada es muy placentera y quieren probar con más humo de inmediato. En cualquiera de los dos casos, debes ir con calma. Si tomas varias inhalaciones en un par de minutos terminarás sintiéndote mareado, lo cual es inevitable la primera vez.
  • Lo que puedes hacer es terminarte el cigarrillo muy lentamente, dejando grandes intervalos entre una chupada y otra, aunque apenas te dé tiempo de dar cuatro o cinco antes de que el cigarro se termine.
  • Otros recomiendan sacrificar tu primer paquete de cigarrillos para fumarlo muy lentamente durante dos días. Enciende el primero, dale una chupada, y apágalo. Deja pasar una hora, enciendo otro, y esta vez dale dos chupadas antes de apagarlo. A la tercera hora, haz lo mismo, incrementando el número de inhalaciones que te permites, una a la vez.
  • Lo que los dos métodos proponen es acostumbrarte muy lentamente a la sensación del humo en tu garganta y tus pulmones, así como a los efectos secundarios de los químicos, para que puedas sentir paulatinamente la sensación de placer de fumar, y apreciar el sabor sin asfixiarte antes por tu intolerancia inicial al humo.

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  1. Cuando ya estés fumando cigarrillos completos, recuerda detenerte antes del filtro. Algunas personas sugieren incluso fumar sólo hasta la mitad del cuerpo de cada cigarro, para asegurarse de que el cigarrillo se está consumiendo todavía alejado de tu boca, y así el humo llegue a ella menos caliente y bien filtrado.
  2. Mientras estás fumando, notarás que el extremo consumido del cigarro se va haciendo delgado y se deshace en forma de un pequeño montículo de cenizas. De vez en cuando tendrás que darle pequeños golpes al cigarro para que estas cenizas se desprendan; el objetivo principal de es poder arrojar las cenizas sobre un lugar apropiado, como un cenicero si estás dentro de una habitación, en lugar de permitir que caigan libremente por cualquier parte.
  3. Recuerda también deshacerte en forma responsable de tus colillas. Cuando hayas terminado con el cigarrillo, apágalo contra una superficie dura y no inflamable (de nuevo, dentro de una habitación, necesitas un cenicero), estrujándolo con firmeza para asegurarte de que el fuego se extinga. Después de eso puedes tirar tu colilla en cualquier basurero (si hay dos contenedores, usa el de desechos no orgánicos).

Elimina las colillas correctamente