Los humanos percibimos el mundo que nos rodea en dimensiones mucho más profundas que las que permite la razón. Cuando intuitivamente desconfiamos de una persona, o sentimos una opresión interna al entrar a un edificio, algo dentro de nosotros nos está alertando que nos encontramos ante una fuente de energía negativa, y deberíamos hacer caso a esta advertencia.
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No importa cómo es que nuestro cuerpo tiene la capacidad de percibir esa energía: es simplemente una forma de sabiduría que ha acompañado a las personas durante muchos años, y no debemos despreciarla o desconfiar de ella sólo porque no es posible explicarla científicamente.
Si has notado que últimamente la atmósfera de tu casa es algo pesada, que no puedes dormir bien, que al regresar del trabajo no te sientes relajado y en paz, que tu sillón preferido ya no es tan cómodo como antes, es probable que las malas energías del estresante estilo de vida que llevamos se hayan acumulado bajo tu techo. Por suerte, puedes recuperar la atmósfera cálida y brillante de tu casa para volver a sentirte seguro y reconfortado dentro de ella: aquí te decimos diferentes medidas con las que puedes liberar todo lo negativo que está atrapado en tu hogar, para dejarle paso a nueva energía positiva que pueda quedarse contigo por mucho tiempo.
Cómo limpiar la casa de malas energías
- Un día antes de realizar la limpieza energética de tu casa, intenta poner todo tan en orden como puedas. Deshazte de papeles viejos, acomoda la ropa en los armarios, limpia los pisos y alfombras. No hace falta que tu casa quede impecable, sólo que no haya basura ni montones de cosas desparramadas que reflejen una indiferencia por el aspecto de tu casa.
- El día que destines a la limpieza, comienza por poner en orden tu propia energía personal. Necesitas sentir un estado de ánimo tranquilo y armonioso antes de comenzar la limpieza de tu casa.
- Como ahora mismo esto no es posible estando dentro de la casa, procura equilibrar tu energía estando fuera de ella. Puedes ir a un retiro de meditación matutina, o simplemente aprovechar que regresas relajado después de hacer ejercicio o pasar un día de actividad física al aire libre.
- Asegúrate de que te sientas feliz y que esa felicidad la puedas proyectar por todo tu cuerpo, en pequeñas vibraciones que incluso puedas sentirte capaz de compartir con los objetos cercanos.
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- Con este estado de ánimo, ponte en la entrada de tu casa y enciende una ramita o atado de incienso de salvia. Debes haber comprado 7 ramitas previamente (las venden en tiendas de productos herbales o de aromaterapia), y llevar el resto en tus bolsillos.
- Entra en la casa con el incienso encendido y sube directamente a tu dormitorio. Colócalo en un lugar del cuarto para que comience a limpiar la mala energía.
- Ve encendiendo una a una el resto de tus ramitas de incienso, y colócalas en lugares estratégicos de tu casa mientras agradeces a la salvia en tu mente por ayudarte a librar tu casa de la energía negativa.
- Coloca la última ramita de incienso en tu cocina, y comienza a revisar todos los alimentos de tu despensa y refrigerador. Cualquier alimento que haya pasado su fecha de caducidad, que se haya descompuesto o que te inspire sensaciones extrañas, debe irse a la basura de inmediato.
- A continuación abre todas las ventanas y puertas de tu casa, y recorre cada habitación visualizando que una luz radiante entra en ella junto con el viento fresco.
- Pon música relajante en una grabadora un iPod con unas bocinas pequeñas, o bien usa una campanilla de sonido armonioso para hacer un segundo recorrido de la casa comunicándole con tu mente lo importante que es para ti ver en ella una atmósfera alegre. La música o el sonido que uses debe realmente llenarte de energía positiva, y comunicar tu deseo al resto de la casa de que compartan esa sensación juntos.
- Cierra las puertas y enciende una vela en el centro de tu casa. Ponte a leer o a escuchar música junto a ella, agradeciendo sentir en todo momento la alegría que te ha acompañado por ese día.
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- Cuando llegue la noche, medita unos minutos junto a la vela, y antes de apagarla agradece a toda la energía positiva que ha inundado tu casa, y manifiesta tu deseo de actuar en armonía con ella durante las siguientes semanas para mantener a las malas energías lejos de tu hogar por mucho tiempo.