Si te encanta jugar fútbol, pero no eres muy bueno jugándolo, probablemente todo lo que necesitas son unos cuantos consejos para mejorar. Practicar de la forma adecuada te hará un mejor jugador en tan sólo unas cuantas semanas, siempre y cuando seas constante y disciplinado. Aprende a ser bueno en el futbol.
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¿Qué tan bueno puedes llegar a ser? Bueno, es cierto que si no tienes un talento natural quizá no llegues a ser el mejor de tus amigos, pero sí tendrás un nivel de juego suficientemente bueno para que todos te consideren un jugador confiable dentro de la cancha, y quieran tenerte en tu equipo. Así que no esperes más; empieza hoy mismo a entrenar con estas recomendaciones especiales que preparamos para ti.

Cómo ser bueno en el futbol

Pasos para ser bueno en el fútbol

  1. Sal a correr tres o cuatro días a la semana. Un factor clave para ser bueno en fútbol es tener una condición física que te permita correr por toda la cancha durante el partido completo. Si tu cuerpo no está preparado para esto, no importa cuánto practiques las técnicas de golpeo y control del balón: tu rendimiento sobre la cancha no será bueno.

    Sal a correr

    Foto de Alan Light con licencia CC BY 2.0.

  • Complementa el ejercicio cardiovascular con un poco de ejercicio muscular. Si bien es cierto que correr aumenta la capacidad de tus pulmones, hacer ejercicios adicionales como sentadillas, planchas y flexiones de pecho ayudará a fortalecer los músculos de tus piernas y tu espalda, que son muy importantes para el golpeo de balón. Además, estarás ejercitando un poco tus brazos, que son útiles para los saques de banda.
  • Si no estás acostumbrado a correr, empieza por sólo 20 minutos, y no te excedas tampoco con los ejercicios musculares. Ponerte en forma es importante, pero es algo que se consigue poco a poco, y no debes obsesionarte con la idea. Recuerda tomar un día de descanso por cada día de ejercicio.

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  1. Dedica un tiempo cada día a trotar con el balón lo más pegado posible a tus pies. Si necesitas empezar a una velocidad realmente lenta, hazlo. El objetivo aquí no es realmente hacer ejercicio mientras trotas, sino concentrarte en observar cómo rueda el balón enfrente de ti al empujarlo con tus pies, y aprender a empujarlo siempre con sólo la fuerza necesaria para que no se vaya lejos y puedas mantenerlo en tu poder mientras te desplazas por la cancha.

    Corre con el balón

    Foto de Joe Nuxoll con licencia CC BY 2.0.

  2. También a diario, debes practicar lanzando pases contra la pared, respondiendo siempre con un sólo toque. Colócate de frente a cualquier muro, patea la pelota con fuerza media y reacciona rápido para patearla de nuevo cuando regrese a tus pies.

    Lanza el balón contra la pared

    Foto de Dyniss Rainer con licencia CC BY_SA 2.0.

  • Cuenta los pases que puedes hacer entre la pared y tú sin perder el control del balón. El objetivo es que después de unas semanas de práctica puedas completar sin problemas 50 pases exitosos, respondiendo en un solo toque al rebote que viene de la pared.
  • Presta atención especial a la dirección que le das a la pelota al golpearla con diferentes partes de tu pie. Con el tiempo empezarás a notar por qué es importante golpear con la parte interna para darle la dirección exacta que deseas: así tus pases siempre irán al centro de la pared frente a la que estás practicando, y al rebotar regresarán directo a ti para que puedas volver a patear un buen pase en un solo movimiento.
  • Cuando ya hayas practicado bastante con tu pierna más hábil, empieza a inclinar ligeramente la dirección de algunos pases, para que reboten en diagonal desde la pared y debas contestarlos con tu otra pierna. Ten paciencia y recuerda que pueden pasar muchas semanas e incluso meses antes de que sepas patear bien el balón con tu pierna menos hábil. Pero llegará el momento en que puedas completar 100 pases ininterrumpidos pateando de un solo toque hacia la pared, e intercalando ambos piernas como parte del ejercicio.
  1. Lo siguiente que debes practicar son tiros a portería. Si no tienes una cancha real en la que puedas practicar, un tramo de pared también puede funcionar para esto. Sólo asegúrate de marcar de alguna manera los postes para que entrenes tu puntería en un marco bien señalado.

    Practica tiros a la portería

    Practica tiros a la portería.

  • Recuerda de nuevo que el golpeo con la parte interna del pie es fundamental para darle una buena dirección a tu tiro. ¿Cuál es exactamente la parte del zapato con la que te conviene patear el balón? Si es tu pie derecho, imagina que el punto de contacto ideal para golpear el balón es la hilera izquierda de orificios para los cordones o agujetas. Si es tu pie izquierdo, imagina que el punto ideal es la línea derecha de orificios para las agujetas.
  • Debes doblar el pie ligeramente hacia afuera y hacia abajo para lograr patear el balón con el punto ideal de contacto en la parte interna de tu zapato deportivo. El movimiento de tu pierna desde atrás hacia adelante también puede tener distintos ángulos, por lo que debes asegurarte de flexionarla hacia atrás de manera que la línea que se forme entre tu pie tomando impulso y el balón que estás por golpear apunte hacia el punto exacto al que esperas enviar el balón después de golpearlo.
  • De la misma manera en que el ángulo en el que flexiones la pierna hacia atrás para tomar impulso afectará la dirección de tu tiro, la inclinación de tu cadera puede hacer que patees a media altura, a nivel del suelo, o bastante elevado. Si quieres enviar un tiro a ras de suelo, tu cadera debe estar inclinada ligeramente hacia adelante para que tu pierna no se levante al impactar el balón. Si quieres enviar un tiro alto, debes inclinar la cadera ligeramente hacia atrás para que tu pierna se levante un poco más cuando golpees el balón. Asegúrate de usar una inclinación muy ligera, ya que es muy fácil exagerar y enviar el balón demasiado alto.

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  1. Ahora que ya tienes las habilidades básicas para tener un buen juego sobre la cancha, lo siguiente que debes desarrollar es tu sentido de orientación por el campo y confrontar a los rivales.

    Confronta a tus rivales

    Foto de Little Baby G con licencia CC BY 2.0.

  • Un buen jugador se caracteriza por tener una visión de todo el campo de juego. Debes saber exactamente dónde estarán tus compañeros a continuación para recibir un pase, y poder anticiparte a un envío largo desde el otro campo si eres un defensa, o emprender una carrera con control de balón para penetrar en las líneas del oponente y dejar libre de marca a un compañero, si eres atacante.
  • La mejor manera de empezar a tener una buena visión de campo es observar muchos partidos profesionales de fútbol y analizarlos. Aprovecha que hoy en internet o en la televisión puedes ver partidos de las mejores ligas del mundo. Observa cómo los jugadores se distribuyen por toda la cancha, cómo resuelven situaciones complicadas, cómo hacen engaños para burlar la marca rival, sin perder el control del balón mientras se están desplazando hacia adelante.

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  • Otra opción importante para familiarizarte con el movimiento y planeación del juego durante un partido de fútbol es jugar un videojuego como FIFA de EA Sports. Al familiarizarte con el esquema de juego de diferentes equipos, cada uno con una forma propia de defender y atacar, empezarás a razonar en tu cabeza cuáles son la mejores maneras de mover el balón por el campo para superar los obstáculos que el equipo rival pone enfrente.
  1. Juega con otros amigos, siempre que puedas. Para profundizar tu técnica con más movimientos de los que aquí describimos como resumen, sólo necesitas estudiar las variaciones que hacen con ellos los jugadores más habilidosos.

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  1. Mientras practicas, observas, y aprendes de fútbol, asegúrate de estarte divirtiendo. Nunca llegarás a ser completamente bueno si no disfrutas cada segundo que pasas en el campo de juego, aunque todavía no seas muy bueno. Toma en cuenta que si te interesa practicar este deporte por muchos años, necesitas aprender poco a poco de él para que seas siempre un apasionado del juego y no te canses de disfrutarlo. Si sólo piensas en las metas en lugar de disfrutar mientras practicas, no llegarás al final del proceso. Sé paciente contigo mismo, eso sí, sin dejar de exigirte en tus entrenamientos.